27 de enero de 2009

Medellin - Valle de Cocora (Colombia)

Habiendo finalmente subido al bendito bus, fuimos rumbo a una de lasciudades que mas rumba prometía presentar en el Viaje; Medellín. Medellín es una ciudad del centro del país, emplazada a lo largo de ungran valle montañoso en el húmedo bosque colombiano. Llegados a la terminal de buses ya un poco sorprendidos de la calidad y tamaño de la misma, notamos que estábamos entrando a una gran ciudad. Esta es atravesada por un metro que va unido a la terminal pasandoestrategicamente por museos, plazas, parques y distintos puntos deinterés para conocer (incluia voz computarizada informando en cadaestacion las atracciones corespondientes). Habíamos recibido recomendaciones para hospedarnos en algún Hostel quese encuentre en el barrio del Poblado, zona mas "cheta" de la ciudad, repleta de bares y lugares para comer o salir. Ellugar la verdad que era digno de admirar, las construcciones ibanpidiendo permiso entre los grandes morros hacía los costados. Bajados del metro en la estacion homonima, empezamos la caminata haciala zona de los hostales, que según nos habían dicho era unas 15 cuadras desde donde habiamos descendido. Como no se nos caía un céntimo del bolsillo, decidimoshacerlo a pata, total, que pueden ser 15 cuadras? El tema fue que no habíamos puesto en balanza que las mismas eran en subida hacia el morro,con un calor terrible y cargados de bártulos. Asi, a mitad de caminodecidimos que era mejor hacerlo en dos etapas y clabarnos una buena cantidad de cervezas en recompensa por haber hecho la primera parte deltrayecto. Ya medio pedos, fuimos en busca de hostel. Luego de unas vueltas por la zona y sondeadas las alternativas, nos metimos en el Hostal Saman. Este era nuevo y administrado Alejandro. Instalados y baño completo(aprovechando las impecables condiciones) pasamos un rato de Direct TVpara recordar un poco la Babilonia. Llegada la tarde fuimos por la compra de Ron y víveres varios. De allí a dar unas vuelta por el barrio que nos avecinaba. Dentro de la ciudad hicimos muy a la vuelta Europea (ni que supiera como es!) pero visitamos varias cosas a detallar: iniciamos el city tourtomando un taxi hacia la primer parada, que por una cuestion de proximidad era el parque de porquería de "Pies Descalzos", obra beneficade Shakira. Deja mucho que desear.


Desde alli, indigandos, emprendimos caminata para lo que es mas centro de la ciudad. Hasta llegar al Museode Antioquía, donde vimos una muestra de tesoros de la historia de lahumanidad. El mismo contaba con una sala permanenete de exhibiendo lasobras de Botero, ilustre artista de la ciudad. Todo muy enriquecedor. Salimos nuevamente al parque Berrío donde Javier se entretuvo jugandocon un mimo entre esculturas de Botero, también emplazadas por allí. Lasiguiente parada fue el Parque Botanico, lleno de Lagartos extraños, aves, tortugas, un mariposal y mucha vegetacio.A la salida de ahí hicimos lo que mejor sabemos, beber. Nos sentamos enun bar de cerveza ubicado en un punto común de la ciudad donde pasamos las siguientes 3 o 4 horas bebiendo incansablemente y jugando a las cartas, que para esto, nunca falto el morlaco. Ya medio entrada la noche, iniciamos el regreso via taxi alHostel (un taxi salia lo mismo que cuatro boletos de metro) asi zafábamos de la terrible subida. Quien les escribe supo cocinar unoscamarones al ajillo de muy buena calidad. Lastima que hayamos quedado cortos con la compra y que Alejandro haya querido comer tambien. Nos quedamos con las ganas. (A no desesperar muchachos. La semana queviene hago de nuevo y va todo por mi cuenta) Ya estabamos preparados para salir y entender porque la gente dice queMedellín es uno de los lugares con la mujeres mas lindas del planeta…. Confirmado. El nivel encada bar que pasamos era muy bueno. Nos faltaba sacar la pinta degitanos, tener una 4x4, tener la billetera llena de dolares. Ahihubiesemos estado al nivel de las circunstancias.La verdad que estuvo bueno Medellín pero se empezaba a sentir la parte del viaje donde encarábamos un poco la vuelta. Javier y el Chori debíantomar su vuelo desde Quito, Ecuador, a escasos 2 días y todavia quedabapor conocer Cali. Por recomendación de nuestro amigo del Hostel, la zonadel Valle de las Cócoras era un punto geografico previo y digno de serconocido. Su socio tenia una casa dentro de un barrio cerrado a unprecio muy accesible. Tomada la decision de ir hacia alli, llego ungrupo de argentinas y junto con ellas el dilema de seguir viaje oquedarla ahi y competir a cara de perro y cuchillo entre los dientes porconcretar esa posibilidad que cada uno habia imaginado. Ya intercambiadala informacion importante, obligacion de todo viajero, alguno hizo masfuerza que otro y teniamos que partir. Vaya a saber uno si era asiefectivamente, pero hubo uno que hizo mas fuerza que otros tres, quedando estos obligados a tomar el bus ...nunca nos costo tanto salirde una ciudad. Valle de Cocora es un bosque de niebla en el medio de la cordillera colombiana realmente impresionante. Se encuentra cerca de la ciudad deArmenia, donde llegamos con el bus, y en la terminal nos esperaba quiénsería nuestro chofer durante nuestra estadía de dos dias. No recuerdoexactamente su nombre pero era buena gente. De allí nos llevo hacía Circasia donde quedaba nuestra casa rentada y la verdad que estábamos dediez ahí, full full. Como arribamos a las 6 am dormitamos un rato hasta que el chofer nosrecogio y nos llevo a la excursion del dia, el valle en cuestion. En el único medio que nos faltaba viajar al momento era a caballo.Ya llegando empezamos con el común regateo para que no nos rompan el orto. Luego de varias vueltas conseguimos algo que nos sonaba razonabley esperamos a que nos junten los animales para salir. Apenas montados y salidos nos encontramos con un gran grupo de argentinas que miramos a la pasada por ahí… varios comentarios de quebuena estaba cada cual salimos al paseo. La verdad que el valle increíble.
Arroyos y cascadas en el medio de un bosque antiquísimo adornaban el lugar. El lugar incluia las Palmas de Quindío de unos 50 a 70 mts, árbol emblemático colombiano, árbolnacional. A la vuelta para dejar los caballos, nos comentaron que había uncriadero de truchas por lo que por muy poca plata pudimos comprar unagran cantidad de dicho pez.La imagen de ese harem habia quedado pegado en nuestras retinas. Alguno pregunto a los lugareños si sabian donde ranchaban y nos dijeron que enSalento. Salento queda en la base del Valle y es una antiquisima pequeña ciudad.La misma fue fundada en 1851 y se encuentra poco reformada. En el caminonos encontramos de pasada con las argentinas que venian a pata, noscomentaron que por la noche era el cumpleaños de una y que podíamos ir ala plaza de la pequeña ciudad. Llegamos a nuestra casa, nos mandamos unabuenísimas truchas armadas a todo trapo y salimos hacia este pequeñopueblo en una caja de carton.
Salud

Shaggy

1 comentario:

derheilos dijo...

El Valle del Cocora es hermoso! Y está lleno de paisajes y actividades para hacer y acampar.

Una página con información útil sobre Acampar en el Valle del Cocora